LAS PECULIARIDADES ESPAÑOLAS.
Uno de los principales motores económicos de los últimos tiempos en España ha sido sin lugar a dudas el sector de la construcción, lo que vulgarmente se conoce bajo el genérico nombre de “ladrillo”. Este sector a su vez se sostiene en un mercado en el que juega un papel muy importante la Administración Local, que es quien decide que suelo es urbanizable y que tipo de desarrollo urbanístico se realizará en el Municipio.
Otro factor que juega en este mercado es la especulación. Siendo lícita y lógica ésta, se corre el grave peligro de crear un burbuja inmobiliaria tan grande como la que se sostiene del pensamiento de que el precio de la vivienda nunca baja. Algo que dejaría en clara evidencia que no juega ni por asomo la más elemental de las leyes de la oferta y la demanda.
Un círculo en el que se han metido gran parte de los poderes económicos. Las Cajas de Ahorro y los Bancos se lanzaron a la concesión de créditos a promotores urbanísticos, del cual obtenían ganancias con la recompensa de los intereses. Parecía una inversión segura. A su vez estas mismas entidades financieras concedían las hipotecas para la compra de la nueva vivienda. Por lo que parece la banca siempre gana.
Es decir, se crea un círculo en el que es necesario seguir construyendo para seguir ganando. El gran negocio está en la obra nueva. El compra en obra y luego lo vende por unos cuantos millones más. Y todo se toma como una inversión segura
Estalla la burbuja inmobiliaria. El sistema no se sostiene. No se construye más, la gente no puede comprarse nuevas viviendas, ni el Banco está en condiciones de conceder más hipotecas. Todo el crédito concedido al ladrillo no tiene fácil recuperación. Lo que ayer se podía tasar en 100 hoy puede valer 80 o 60. Con lo que parece ser es que nos encontramos en una situación en el que el dinero otorgado en préstamo con intereses al ladrillo es superior al activo de los bienes que obtienen las promotoras y grandes empresas de la construcción.
Se declaran en concurso las principales empresas del ladrillo del país. Aumenta en mayor número el paro. Toda la industria auxiliar también se desploma. La bajada de ingresos hace que la gente consuma aún menos, se compren menos coches, y si se compran menos coches también nos cargamos uno de los principales motores económicos de la industria de España.
Si a eso sumamos los problemas estructurales que sufre la economía patria, la deficitaria balanza que mantenemos, y la dependencia energética que padecemos, hace que se agrave aún más la situación.
martes, 16 de diciembre de 2008
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